Si te preguntamos qué son los RAEE, posiblemente, te quedes tal y como estabas. Pero si te hablamos de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, seguramente ya nos empezamos a entender.Las categorías RAEE incluyen una enorme cantidad de equipos electrónicos que usamos en nuestro día a día, ya sea cepillos eléctricos, tablets, secadores de pelo, planchas de pelo… que con el paso del tiempo dejan de funcionar. Pero, ¿cómo podemos contribuir a un planeta más sostenible a través del correcto reciclaje de estos equipos?
Exactamente, ¿qué son los RAEE?
Los RAEE, o residuos eléctricos y electrónicos, se refieren a todos aquellos dispositivos que, una vez dejan de funcionar, se descartan como desechos. Este tipo de aparatos van desde pequeños electrodomésticos hasta equipos de informática y comunicación, pasando por herramientas eléctricas y electrónicas y grandes electrodomésticos.
Así pues, este término engloba cualquier artículo que dependa de corriente eléctrica o campos electromagnéticos para funcionar correctamente y que ha sido desechado por sus dueños sin intención de reutilización.
La contaminación de los RAEE
Los productos RAEE también son conocidos bajo el nombre de basura electrónica, ya que se considera un problema ambiental, debido a la rápida obsolescencia tecnológica y al incremento constante del consumo de aparatos electrónicos en nuestro día a día.
Estos residuos son especialmente peligrosos porque contienen metales pesados como el mercurio, cadmio y plomo, y sustancias químicas tóxicas para el ser humano y el medio ambiente.
Categorías de aparatos eléctricos y electrónicos
Desde el 15 de agosto de 2018, la clasificación de los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) se ha simplificado a 7 categorías principales, según lo establecido en el Real Decreto 110/2015. Este cambio tiene como objetivo mejorar la gestión y el reciclaje correcto de estos productos.
Las categorías AEE son las siguientes:
1. Aparatos de intercambio de temperatura con excepción de 1.1, 1.2 y 1.3.
1.1. Aparato eléctrico de intercambio de temperatura, clorofluorocarburos (CFC), hidroclorofluorocarburos (HCFC), hidrofluorocarburos (HFC), hidrocarburos (HC) o amoníaco (NH).
1.2. Aparato eléctrico de aire acondicionado.
1.3. Aparato eléctrico con aceite en circuitos o condensadores.
Esta categoría incluye dispositivos como refrigeradores y acondicionadores de aire, excluyendo aquellos específicos que contienen sustancias como CFC y HCFC, entre otros.
2. Monitores, pantallas y aparatos con pantallas de superficie superior a 100 cm².
2.1. Monitores y pantallas LED.
2.2. Otros monitores y pantallas.
Aquí se agrupan los dispositivos con pantallas de superficie mayor a 100 cm², como televisores y monitores de computadora, subdivididos en pantallas LED y otras tecnologías.
3. Lámparas.
3.1. Lámparas de descarga (mercurio) y lámparas fluorescentes.
3.2. Lámparas LED.
Incluye tanto lámparas de descarga y fluorescentes como lámparas LED
4. Grandes aparatos (con dimensión exterior superior a 50 cm).
Esta categoría abarca electrodomésticos y equipos de gran tamaño, como lavadoras y estufas, que tienen dimensiones exteriores superiores a 50 cm.
5. Pequeños aparatos (sin ninguna dimensión exterior superior a 50 cm).
Abarca dispositivos más compactos, como microondas y aspiradoras, con ninguna dimensión exterior superior a 50 cm.
6. Equipos de informática y telecomunicaciones pequeños (sin ninguna dimensión exterior superior a los 50 cm).
Incluye dispositivos como teléfonos móviles y routers, también con dimensiones inferiores a 50 cm.
7. Paneles fotovoltaicos grandes (con una dimensión exterior superior a 50 cm).
7.1. Paneles fotovoltaicos con silicio.
7.2. Paneles fotovoltaicos con teluro de cadmio.
Esta categoría se enfoca en paneles solares con dimensiones mayores a 50 cm, clasificados según el tipo de material que utilizan, como silicio o teluro de cadmio.
La importancia de reciclar RAEE
El reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos es más que una medida de gestión; es una necesidad urgente para la sostenibilidad ambiental y la salud pública. Aquí te explicamos por qué es tan crucial:
Protección del medio ambiente
Los RAEE contienen sustancias tóxicas como mercurio, plomo y cadmio, que pueden contaminar el suelo y el agua si no se gestionan adecuadamente. El reciclaje adecuado previene esta contaminación y protege los ecosistemas naturales.
Conservación de recursos
Muchos componentes de los dispositivos electrónicos son valiosos y pueden ser reutilizados. El reciclaje ayuda a recuperar metales preciosos como oro, plata y cobre, reduciendo la necesidad de extracción de nuevos recursos naturales, lo que a su vez minimiza el daño ambiental causado por la minería y la extracción.
Reducción de la acumulación de basura
El volumen de residuos electrónicos y eléctricos está creciendo exponencialmente en todo el mundo, ocupando un espacio importante en los vertederos. El reciclaje ayuda a reducir esta acumulación y promueve una gestión más efectiva.
Estímulo a la economía verde
El reciclaje de RAEE puede generar empleo en nuevos sectores relacionados con la recolección, procesamiento y reciclaje de estos materiales. Esto no solo crea trabajos, sino que también fomenta la innovación en tecnologías de reciclaje y gestión de residuos.
Cumplimiento de regulaciones legales
Muchos países han implementado regulaciones estrictas para el manejo de estos residuos, con el objetivo de promover su reciclaje y minimizar impactos negativos. Cumplir con estas regulaciones es crucial para las empresas para evitar sanciones y contribuir a los esfuerzos nacionales e internacionales de protección ambiental.
Tomemos conciencia de la importancia de gestionar correctamente los RAEE. Ya sea que quieras vender tu producto eléctrico en segunda mano o decidas ir a reciclarlo, cada pequeño gesto hacia el reciclaje cuenta en la construcción de un futuro más verde y sostenible.
Recuerda:
- – Los RAEE incluyen todos los dispositivos eléctricos y electrónicos que ya no están en uso.
- – Reciclar adecuadamente estos aparatos es vital para proteger el medio ambiente.
- – Comprar productos reacondicionados no solo es económico, también es un acto de responsabilidad ecológica.
